- February 27, 2024
- Posted by: humanitarianweb
- Category: Humanitarian News
Mientras disminuye la atención internacional sobre las consecuencias humanitarias de la guerra en Ucrania, los combates en el frente siguen siendo tan devastadores como siempre. Desde el inicio del conflicto en 2014 hasta el día de hoy, más de 30.000 personas han muerto, cientos de miles han resultado heridas y 10 millones han tenido que desplazarse a la fuerza. Nuestras clínicas móviles trabajan en 100 ciudades y pueblos diferentes del país. Olena, Vania, Tetiana y Albina son algunos de nuestros pacientes.
“Hace unos seis meses bombardearon todo: el punto médico, la farmacia y toda la infraestructura destruida… pero no fue el final”, dice Liudmyla Karatsiuba. “Construimos casas, fortalecimos nuestra comunidad”. Liudmyla reside cerca de Kupiansk, una de las zonas más inestables del frente de Ucrania, en el noreste del país.
Tras la retoma parcial de la región de Járkov por parte de las fuerzas ucranianas en septiembre de 2022, y el alejamiento de la línea del frente de Kupiansk, uno de nuestros equipos médicos llegó al pueblo de Liudmyla para ofrecer tratamiento médico. Los bombardeos no habían dejado ningún edificio público para que el equipo instalara una clínica, así que Liudmyla accedió a que el equipo utilizara su casa, donde ofrecieron consultas médicas y psicológicas a personas de toda la comunidad.
“Sigo siguiendo los consejos de los psicólogos de MSF y enseño a mis vecinos el ejercicio de respiración con velas para mantener la calma y el equilibrio”, dice Liudmyla. “Me ha ayudado a seguir centrada en ser útil a los 75 años. Actualmente, me dedico a la agricultura y a criar conejos”.
El ejercicio de respiración al que se refiere Liudmyla es una técnica sencilla utilizada para aliviar el estrés y la ansiedad. Nuestros equipos móviles en Ucrania han compartido ejercicios de respiración que pueden transmitirse fácilmente a la gente como parte de su trabajo para tratar y dar a conocer la atención a la salud mental. Los mismos equipos trabajaron con la comunidad de Liudmyla para reconstruir el único punto médico local, al que ahora han vuelto los trabajadores del Ministerio de Sanidad.
“Ahora los ciudadanos se refieren a nuestro centro médico como el “museo”, porque es muy nuevo. Ahora hay un lugar al que acudir cuando necesitamos tratamiento o medicinas”, dice Liudmyla sonriente.
Liudmyla es un ejemplo típico del tipo de pacientes que MSF atendemos cerca de la línea del frente. Desde la dramática escalada de la guerra en febrero de 2022, realizamos clínicas móviles en las regiones adyacentes. “La mayoría de nuestros pacientes han sido mujeres mayores de 60 años, muchas de ellas con enfermedades crónicas como hipertensión y diabetes”, explica Maksym Zharikov, nuestro coordinador médico adjunto en Ucrania.
“Mientras que algunos fueron evacuados, otros no pudieron marcharse u optaron por permanecer en sus comunidades. Sigue siendo urgente prestar servicios médicos a pacientes que residen a 20-30 kilómetros de la línea del frente”. Esta tendencia ha sido una constante desde que comenzó la guerra en 2014; las aldeas cercanas a la línea del frente disminuyen, con menos suministros en los mercados y centros médicos, y menos personas. Sin embargo, tras la escalada de la guerra, casi 10 millones de personas están desplazadas hoy en día, ya sea dentro de Ucrania, o como refugiados en el extranjero.
Organizaciones como la nuestra hemos podido ayudar a algunas de estas comunidades con suministros, atención médica y reconstrucción. Sin embargo, lo más frecuente es que sean las propias comunidades, con la ayuda de organizaciones locales de voluntarios, las que lleven a cabo esta labor. En los últimos dos años, cada vez es más difícil llegar a las zonas aisladas por los combates o cercanas a la línea del frente.
En la actualidad, gestionamos clínicas móviles en 100 ciudades y pueblos diferentes cercanos a la línea del frente en las regiones de Donetsk, Kharkiv y Kherson. Estas clínicas suelen estar formadas por un terapeuta, un psicólogo, un médico y un trabajador social.
Apoyo psicológico en tiempos de guerra en Ucrania
“Veo que mi hijo pequeño, Vania, necesita ahora más cuidados y atención“, dice Olena Beda. “A menudo me pide que le abrace y me pregunta cuánto le quiero”.
Olena, madre de Vania, de 9 años, lleva más de un año viviendo en un refugio para desplazados en la región de Kirovohrad con sus dos hijos tras huir de la guerra en la región de Donetsk. Aunque se instalaron en una zona relativamente alejada de los frentes, los drones y los misiles se han convertido en una parte incesante de la vida en los últimos dos años. Vania empezó a tener problemas para dormir, sobre todo tras los bombardeos. Después de que un equipo de psicólogos y psicólogas empezara a realizar sesiones de juego en grupo para los niños del refugio, Olena sintió que la ansiedad de Vania disminuía; pudo volver al colegio e hizo nuevos amigos.
“Sin embargo, los ruidos fuertes repentinos y las conversaciones sobre la guerra pueden desencadenar un cambio repentino en su estado”, explica Olena.
En los dos últimos años en Ucrania, hemos realizado 26.324 consultas psicológicas individuales. En los refugios para desplazados internos, el principal grupo de pacientes está formado por madres con hijos.
“Al principio de la escalada, observamos síntomas en los niños como ansiedad, ataques de pánico y miedo”, dice nuestra psicóloga Alisa Kushnirova. “Sin embargo, ahora observamos que los niños han empezado a percibir la situación anormal como normal: se han adaptado a los sonidos de las explosiones, aunque seguimos observando reacciones neuróticas”.
Nuestros equipos proporcionan apoyo psicológico a las familias, incluidos los adultos; la salud mental de los adultos es clave para mantener un ambiente psicológico positivo en la familia, ya que el estado de los padres suele reflejarse en los niños.
Evacuaciones de emergencia y rehabilitación física temprana
“El 18 de abril de 2023 perdí la pierna”, cuenta Tetiana Doloza. “El mercado donde trabajaba como vendedora en la ciudad de Ukrainsk, en la región de Donetsk, fue alcanzado por misiles y resulté gravemente herida”.
Han pasado 10 meses desde que Tetiana perdió la pierna. Hoy camina por Kiev con confianza, apoyándose en una prótesis y muletas. Tetiana fue evacuada del mercado a un hospital y trasladada en nuestro tren medicalizado a Liev, donde médicos y fisioterapeutas le han colocado una prótesis.
“Cuando los médicos de MSF me llevaron al hospital del oeste del país, me sentí perdida. No sabía cómo me las iba a arreglar con una amputación”, dice Tetiana. “Ahora, con una prótesis, vivo en Kiev con mi hijo y, a mis 72 años, estoy feliz de haber sobrevivido”.
“Entre marzo de 2022 y diciembre de 2023, el tren de evacuación médica de MSF transportó a 3.808 pacientes, 310 de los cuales estaban en estado crítico”, dice Albina Zharkova, coordinadora de nuestro proyecto. “En 2022 y principios de 2023, el tren de evacuación fue esencial para derivar a las personas a lugares más seguros y hospitales para recibir tratamiento. Ahora las necesidades han cambiado, y nuestras ambulancias son las que hacen las derivaciones más cortas.”
En la actualidad, debido a un cambio en la dinámica de la guerra, los pacientes permanecen en el este de Ucrania, en lugar de ser derivados al oeste. Pero nuestros equipos siguen operando 15 ambulancias que derivan a heridos por los bombardeos o enfermos crónicos a centros médicos más alejados del frente.
Mientras disminuye la atención internacional sobre las consecuencias humanitarias de la guerra en Ucrania, los combates en el frente siguen siendo tan devastadores como siempre. De 2014 a 2022 murieron más de 14.000 personas. Desde febrero de 2022 esta cifra se ha multiplicado, con cientos de miles de heridos físicos y psicológicos, y casi 10 millones de desplazados.