La salida de Estados Unidos del Acuerdo de París amenaza los esfuerzos globales contra el cambio climático

Los países deben reforzar la cooperación internacional y la acción climática nacional

Myrto Tilianaki

Senior Advocate, Environment and Human Rights

l presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que su país abandonará el Acuerdo de París de 2015, un tratado internacional crucial para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados Celsius.

Esta decisión, una de las primeras de su segundo mandato, no será efectiva hasta dentro de un año. El anuncio llega apenas semanas después de que 2024 fuese reconocido como el año más caluroso registrado a nivel mundial, como resultado de la acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera, causada principalmente por la quema de combustibles fósiles. Además, 2024 marcó un hito al ser el primer año en el que las temperaturas promedio superaron los 1,5 grados con respecto a los niveles preindustriales.

Durante su primer mandato, Trump ya había retirado a Estados Unidos del Acuerdo de París y desmanteló más de 100 normativas de protección ambiental en el ámbito nacional. En su anuncio de ayer, también expresó su intención de declarar una emergencia energética nacional y aumentar la producción de petróleo y gas en el país. Este tipo de expansión contradice el consenso científico internacional, que advierte que no deben desarrollarse nuevos proyectos de combustibles fósiles si se desea cumplir con los objetivos del Acuerdo de París.

La quema de combustibles fósiles es la principal causa del colapso climático global, que afecta a millones de personas en todo el mundo. Las comunidades cercanas a las zonas de extracción y producción han soportado durante décadas los peores impactos de esta industria. Human Rights Watch documentó el año pasado el impacto devastador de la contaminación generada por la industria de combustibles fósiles y petroquímicos en el llamado “Corredor del cáncer”, en Luisiana. En esta región, los residentes enfrentan tasas alarmantes de problemas de salud, incluyendo enfermedades maternas, reproductivas y respiratorias, además de un riesgo elevado de cáncer. Estas afectaciones afectan de manera desproporcionada a la población afroamericana de la zona.

Para cumplir con su responsabilidad en materia de derechos humanos y hacer frente al cambio climático, los gobiernos deben eliminar gradualmente el uso de combustibles fósiles, garantizar una transición justa hacia energías renovables y ayudar a las personas a adaptarse a los impactos de la crisis climática.

Trump también podría optar por retirar a Estados Unidos de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que constituye la base para las negociaciones climáticas internacionales. De ser así, el gobierno estadounidense quedaría excluido de participar en los diálogos globales sobre el clima, justo en un momento en el que resulta crucial que todos los países trabajen conjuntamente para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y evitar los peores efectos de la crisis climática.

Ahora más que nunca, los países deben asumir un liderazgo climático tanto a nivel nacional como internacional. Los cerca de 200 países que han ratificado el Acuerdo de París tienen la responsabilidad de reafirmar su compromiso con los objetivos del tratado y de participar activamente en las negociaciones climáticas internacionales. También deben mostrar avances concretos en la reducción de emisiones y en la protección de los derechos humanos.